Jungsik Yim

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October 3, 2018

Este joven chef (33 años) es fruto de su tiempo, de la globalización y la interrelación de culturas. Un interesante y revelador ejemplo de lo que puede dar de sí el mestizaje y la fusión culinarios. Nacido en Corea del Sur y formado en Occidente (alumno aventajado del Culinary Institute of America de Nueva York), está considerado el más brillante representante de la Nueva Cocina Coreana. 
Su historia profesional le ha llevado a Zuberoa, Aquelarre, Bouley o Aquavit. El comandante en jefe de la Armada Surcoreana lo eligió como cocinero personal después de probar sus platos. En 2009 abrió su primer restaurante en Seoul, Jung Sik Dang. En 2011, junto con otros 4 jóvenes de su país, ha inaugurado Jung Sik en Nueva York. Un local en el corazón de Tribeca  que se ha hecho un hueco entre los foodies neoyorquinos y que ha llamado la
atención de la prensa.
Su visión de la cocina como algo global e integrador es lo que marca la diferencia. Su aportación a la gastronomía internacional presenta
dos direcciones. De un lado, ha sabido acercar la difícil cocina coreana (en
ella predominan los ácidos, los amargos y los picantes) al paladar occidental
sirviéndose de las técnicas más novedosas (cocciones al vacío, texturizaciones, impregnaciones…). Del otro, ha descubierto a sus compatriotas -sobre todo a los más jóvenes- una nueva dimensión de su propia cocina, demostrándoles que la gran gastronomía no tiene porque ser solo Occidental. Eso ha supuesto un shock en una buena parte de la sociedad surcoreana, ha agitado conciencias y ha otorgado a la cocina un prestigio social del que hasta ahora no gozaba. 
Yim Jung Sik es un profesional muy hábil; domina la técnica y tiene un enorme sentido estético a la hora de abordar las recetas.  
Parte de la cocina tradicional coreana y de sus ingredientes, aplica técnicas y conceptos contemporáneos -la mayoría españoles-, y  obtiene resultados propios de la cocina conceptual, altamente tecnificada. No duda en deconstruir el bibim bap (el plato tradicional de Corea) y convertirlo en una ensalada o transformar el omnipresente kimchi (adobo realizado a partir de pasta de soja fermentada mezclada con pasta de chile) en un aderezo glamuroso. Pero también recorre el camino al revés: elige ingredientes occidentales y los somete a tratamientos propios de la cocina coreana. Así surgen tres bibim bap diferentes en los que el trigo sustituye al arroz o los vegetales de estación acompañan de forma insólita al arroz. No hay límites; si el plato resulta gustativamente bueno todo se puede intentar. ¡Y vaya si son buenos! 
La estrella de su nuevo restaurante neoyorkino, es el Five senses satisfaction pork belly, en el que representa los cinco sentidos a través de cinco sensaciones: picante, amargo, dulce, crujiente, y blando.  Una
recreación en clave occidental y contemporánea de un popular plato coreano, el "bossam" con la panceta de cerdo como ingrediente principal. Julia Pérez