Leonardo forma parte del grupo de la llamada Nueva Generación Mineira. De pequeño entró en el mundo de la cocina a través de su abuelo, un gourmet que viajaba por toda Europa por trabajo y aprovechaba para conocer las cocinas de cada país.
Después volvía a Brasil con nuevos ingredientes, libros y utensilios desconocidos. Era el momento de la cocina francesa de finales de los 80, con el boom de la nouvelle cuisine. Abuelo y nieto pasaban fines de semana preparando banquetes para la familia. Fueron los primeros contactos con las técnicas culinarias y la introducción al aprendizaje sobre cómo reconocer los productos de calidad y sus manipulaciones. Leonardo creció inmerso en este universo y desarrollando un paladar refinado. A los 12 años ya realizaba pequeños almuerzos para su familia. Lo que más le satisface en esta vida es cocinar; dice que es una experiencia casi poética. Afirma: “Hay un componente artístico en la creación de un plato, pero la técnica es determinante”. Por increíble que parezca, se formó en medicina, pero nunca ejerció la carrera. Cuando terminó los estudios, hizo las maletas, cogió a su esposa y se marchó a París a estudiar gastronomía en la Escuela Ferrandi. Al finalizar sus estudios, realizó varios stages durante 2010 en tres grandes restaurantes franceses: Pierre Gagnaire, La Table, de Joël Robuchon, y La Cape, de Burdeos. Volvió a Belo Horizonte ese mismo año y después de trabajar durante dos más en el restaurante francés Taste Vin consigue realizar su sueño, inaugurar su recién abierto Glouton. ¿Su cocina? “Es el reflejo de la naturaleza, de mi entorno. ¿Será que la debo definir como cocina francesa contemporánea elaborada con productos brasileños o gastronomía brasileña con técnicas francesas? Para mí las técnicas no tienen fronteras, por lo tanto no veo porque tengo que siempre especificar el tipo de cocina que hago. Thomas Keller hace cocina americana con técnicas francesas…” Su futuro… Formar parte de esta nueva oleada de chefs jóvenes que está creciendo en Brasil. Su verdad: una cocina elegante de perfecta ejecución.
Después volvía a Brasil con nuevos ingredientes, libros y utensilios desconocidos. Era el momento de la cocina francesa de finales de los 80, con el boom de la nouvelle cuisine. Abuelo y nieto pasaban fines de semana preparando banquetes para la familia. Fueron los primeros contactos con las técnicas culinarias y la introducción al aprendizaje sobre cómo reconocer los productos de calidad y sus manipulaciones. Leonardo creció inmerso en este universo y desarrollando un paladar refinado. A los 12 años ya realizaba pequeños almuerzos para su familia. Lo que más le satisface en esta vida es cocinar; dice que es una experiencia casi poética. Afirma: “Hay un componente artístico en la creación de un plato, pero la técnica es determinante”. Por increíble que parezca, se formó en medicina, pero nunca ejerció la carrera. Cuando terminó los estudios, hizo las maletas, cogió a su esposa y se marchó a París a estudiar gastronomía en la Escuela Ferrandi. Al finalizar sus estudios, realizó varios stages durante 2010 en tres grandes restaurantes franceses: Pierre Gagnaire, La Table, de Joël Robuchon, y La Cape, de Burdeos. Volvió a Belo Horizonte ese mismo año y después de trabajar durante dos más en el restaurante francés Taste Vin consigue realizar su sueño, inaugurar su recién abierto Glouton. ¿Su cocina? “Es el reflejo de la naturaleza, de mi entorno. ¿Será que la debo definir como cocina francesa contemporánea elaborada con productos brasileños o gastronomía brasileña con técnicas francesas? Para mí las técnicas no tienen fronteras, por lo tanto no veo porque tengo que siempre especificar el tipo de cocina que hago. Thomas Keller hace cocina americana con técnicas francesas…” Su futuro… Formar parte de esta nueva oleada de chefs jóvenes que está creciendo en Brasil. Su verdad: una cocina elegante de perfecta ejecución.
Joana Munné