El proyecto Pristine Seas de National Geographic, que busca identificar, proteger y restaurar los últimos lugares verdaderamente salvajes de los océanos, recibe el premio Sartun del Encuentro de los Mares 2020.

csoriano
15 de Julio de 2020

Los españoles Enric Sala y Manu San Félix, en nombre de Pristine Seas de la National Geographic Society, han recibido este miércoles el Premio Sartun 2020 del II Encuentro de los Mares. Se trata, en palabras de Benjamín Lana, presidente de la división de gastronomía de Vocento, “de uno de los proyectos más necesarios de las últimas décadas”, que busca identificar, proteger y restaurar los últimos lugares verdaderamente salvajes de los océanos. “Muchas gracias por el empujón que el permio significa para seguir al menos otros diez años en pro de nuestra meta -que es la del congreso-: proteger los océanos”.

El proyecto Pristine Seas (“Mares antiguos, originales”) ha ayudado a crear hasta la fecha 22 reservas marinas por todo el mundo, eminentemente en el océano Pacífico (santuario de Palau, islas Galápagos o Pitcairn, parque marino de Nazca-Desventuradas, Cabo de Hornos…) aunque también en el Atlántico (Islas Salvajes portuguesas), Índico (Seychelles) o Ártico (Parque Nacional del Ártico Ruso), cubriendo una superficie total de 5,8 millones de kilómetros cuadrados.

Se trata de un proyecto que inició en 2008 Enric Sala, Explorador Residente de National Geographic, máxima categoría de investigación y exploración de la organización americana y de la que solo forman parte 15 personas en todo el mundo. Tras más de diez años, con San Félix como camarógrafo submarino desde un inicio, Pristine Seas cuenta con un equipo laboral de 25 personas entre científicos, comunicadores, expertos en política o camarógrafos. “Un equipo comprometido con la misión de filmar, difundir y preservar espacios en los que no existe casi huella humana, para preservar auténticos paraísos», comentaba San Félix.

Se dedican a trabajar en paraísos, pero ambos biólogos querrían hacer extensible la finalidad de su trabajo a otros mares más manipulados. “Cuando un lugar se protege, hay esperanza. En Cabo Pulmo (México), por ejemplo, los propios pescadores de la zona decidieron cerrar una zona porque ya no había peces que pescar. Tras diez años, se recuperó y ahora los mismos pescadores están ganando mucho más pescando al lado, porque en ella han virado el negocio hacia el turismo de buceo, una oportunidad económica incluso más interesante”, explicaba Sala.

Parece, es una verdad universal. Cuando un sitio se protege se pesca más, “y la naturaleza te devuelve cinco euros por cada euro invertido en su protección, ya que las reservas tienen beneficios económicos, sociales y medioambientales”. La pareja de biólogos, en nómina de la mayor entidad altruista para la protección del medio ambiente a nivel mundial, desean que la superficie total protegida en el mundo llegue al 30%, muy lejos del 3% actual. “Ahora mismo, del mar solo sacamos, por lo que debe llegar su Neolítico. Pero no hará falta sembrar, ni cultivar -relataba San Félix-, bastará con esperar y conservar para recuperar y sacar frutos”.

Objetivo: encontrar al Sartun

Enric Sala y Manu San Félix se han despedido con la promesa de seguir “al menos” diez años con el proyecto, y de encontrar y filmar por primera vez al sartun. Sartun es el nombre del premio con el que la organización del Encuentro de los Mares reconoce el trabajo de una persona, colectivo u organización en defensa de los mares; Sartun es la mascota oficial del Encuentro, con nombre híbrido entre sardina y atún. “Si alguien lo puede encontrar, sois vosotros”.