monica
14 de Enero de 2020

No hubo récord y el chef italiano pagó 3.500 euros por una soberbia pieza de 750 gramos.

Como cada año, la subasta benéfica de la trufa negra de Soria fue uno de los actos con más tirón, más divertidos y entrañables de Reale Seguros Madrid Fusión (RSMF). Y como casi cada año, el rey de esta fiesta de la trufa fue el chef Andrea Tumbarello, que volvió a hacerse con la pieza más apetitosa sin tener que rascarse el bolsillo tanto como en las ediciones anteriores. Pagó a 4,6 euros el gramo, un precio más que asequible.

Con 450 y 750 gramos de peso, los dos soberbios ejemplares de Tuber Melanosporum fueron para Lucía Fernández, de las Bodegas Alejandro Fernández, de Peñafiel (Valladolid), que pagó 3.200 euros por la pieza más pequeña, y para Andrea Tumbarello, del madrileño restaurante Don Giovanni, que se llevó la grande por ‘solo’ 3.500 euros y con poca competencia.

No hubo récord, y la cotización fue mucho más baja que el año pasado, cuando el propio Tumbarello pagó hasta 5.100 euros por la trufa grande. Ambas sumaron este año 6.700 euros, menos de los 9.100 euros recaudados en 2019, y bastante más que los 4.100 de 2018.

La de 750 gramos tenía un precio de salida 1.000 euros y no tardó es subir hasta el precio de remate, cuando Tumbarello hizo una oferta que nadie se atrevió a mejorar. Más disputada estuvo la de 450 gramos, que pasó de los 600 euros de la salida a los 3.200, lo que la hace más cara que su hermana mayor. El gramo de la primera sale a 4,6 euros, y el de la segunda a 7,1 euros.

«Son dos de las mejores trufas que podemos encontrar en España, y más con estos ejemplares tan grandes y con un punto de maduración óptimo», dijo Juan Carlos Benito, chef y habitual maestro de ceremonia de la subasta. «Tener estos ejemplares es una oportunidad exclusiva», agregó sobre las dos trufas recolectadas el jueves y el viernes pasado, apena tres días antes de la subasta. «Son una trufas que saldrán en todos los telediarios, de modo que valen mucho más de lo que cuestan», hizo notar Benito. Tumbarello y Fernández recibieron sus trufas de manos del presidente de la Diputación Provincial de Soria, Benito Serrano.
Los dos ejemplares subastados fueron aportados un año más por la Asociación de Truficultores Sorianos y por la Asociación Forestal de Soria (Asfoso). La subasta cuenta con el patrocinio de la Diputación Provincial de Soria y su recaudación se destina a la Fundación Luis Guanella, que emplea los fondos obtenidos en la inserción laboral de mujeres en riesgo de exclusión social.

En 2019 se subastaron dos ejemplares de 450 y 250 gramos. Hubo una puja quizá más vibrante entre los asistentes y se pagaron 5.100 euros por la pieza mayor que se llevó Andrea Tumbarello, a 11 euros el gramo. El chef italiano sabe bien que Soria es «el templo de la trufa» y por ello puja cada año en la subasta, con el orgullo añadido de contribuir a una buena causa.

Tumbarello no encontró en esta ocasión a los duros competidores del pasado año, cuando los cocineros riojanos que conformaron un lobby para adquirir la trufa de 250 gramos por 4.000 euros: Francis Paniego (Echaurren), Fernando Saénz (Heladería Della Sera), Lorenzo Cañas (La Merced), Ignacio Echapresto (Venta Moncalvillo), Iñaki Murúa y Carolina Sánchez (Ícaro) que pagaron a 16 euros el gramo.