José Cremades se diplomó en turismo por la Universidad Católica de San Antonio de Murcia y pasó por las cocinas de restaurantes como Neichel, Arzak o el Palacete de la Seda antes de retornar a su Murcia natal. Allí, ha trabajado durante varios años a las órdenes de Pablo González Conejero en la Cabaña Buenavista, que acaba de alcanzar su segunda estrella Michelin. Y allí ha continuado creciendo como cocinero, a fuego lento, hasta desbordarse el cazo de su talento en un par de proyectos personales de interés creciente.
El primero fue La Cangreja, un chiringuito que hace olvidar el concepto chiringuito por la calidad de su servicio, su carta cuidada y su comodidad; pero el definitivo ha sido la apertura, en Cabo de Palos, de La Palera. Se trata de un restaurante informal en apariencia, pero que esconde una propuesta gastronómica extraordinariamente seria y con la que Cremades realiza un viaje de ida y vuelta por el planeta gastronómico sin perder de vista el protagonismo del producto español.
Como muestra, algunos botones: Dumpling de pato pequinés; Wanton con guacamole, morcilla de Burgos y brotes verdes; Brandada de bacalao en tempura con algas; Tuétano con lengua de ternera ahumada y katsuobusi; Caballa a la brasa con pico de gallo y puré de nabo daikon; Taco de camarones al ajillo; Cocochas con ajo negro; Carrillera de atún…
Lo nunca visto en Murcia, una región tradicionalmente conservadora que vive un prometedor despertar gastronómico.
Por Miguel Ángel Rincón